Sir Brian de Bois-Guilbert

     Sir Brian de Bois-Guilbert nació el 26 de Febrero de 1193, en Estocolmo, Suecia. De pequeño vivía con su madre, ya que su padre era un importante caballero de la Orden de los Templarios.

     Era un niño muy aficionado a la guerra, a la lucha, a las armas, etc. Cuando cumplió los 7 años aproximadamente murió su padre en una cruzada entre normandos y sajones. Su madre, se quedo viuda y años después contrajo matrimonio con un gran caballero normando. Éste proporcionó mucho cariño a Brian y lo condujo hacia los templarios.

    Al cumplir los 17 años de edad, comenzó a prepararse para las batallas y poco tiempo después, gracias a su destreza con las armas empezó a luchar. Con tan solo 28 años ya contenía innumerables títulos y era uno de los caballeros más respetados entre los normandos. Bois-Guilbert, destacaba por su crueldad ante los enemigos, la frialdad con la que mataba sin compasión y el odio que tenia hacia los sajones y judíos.

    A sus 31 primaveras, ingresó en la Orden de los Templarios. En su primera cruzada salió victorioso con diferencia y así se mantuvo durante años. Allí, contrajo una fuerte amistad con Pedro de Montaigú.

    En la Orden, se le tenía por un hombre culto, inteligente, astuto, además de despiadado, avaricioso, luchador, etc. 

    Tras una de las muchas cruzadas entre sajones y normandos por intentar conquistar Inglaterra se dio una "tregua''  y el grupo de templarios se encaminó hacia algún lugar donde encontrar cobijo, un trozo de pan y una manta para calentarse.

    Llegaron al castillo de un viejo sajón, pero como la ley dictaba, el sajón tenia que ofrecerle a su invitado las comodidades que éste quisiese, dentro de sus posibilidades. Días después, compitió en el torneo de Ashby. Allí, se enamoro de la impactante belleza de una joven judía llamada Rebeca de York. Al terminar el torneo, se citó con ella y la raptó.

    Aunque iba contra las leyes y normas que los caballeros templarios tuviesen relaciones con mujeres, éste lo hizo y, por tanto, perdió su dignidad, todos sus títulos, etc. La mantuvo ''secuestrada'' durante meses y Rebeca, poco a poco se fue enterneciendo y terminó por enamorarse de su enamorado Brian.

    Unos meses después, Pedro de Montaigú se enteró de la desfachatez que había cometido su amigo y quiso distanciarlos, ya que pensó que la judía lo había atrapado con conjuros y pociones de brujería. Realizó un juicio en el que puso a enamorado contra enamorada y ella, sin defensor, utilizó toda su inteligencia, que no era poca para realizar un Juicio de Dios. Si el campeón de Rebeca ganaba el duelo ésta sería libre pero por el contrario si ganaba Brian de Bois-Guilbert sería quemada en la hoguera como bruja.


    La mañana de la justa, ambos caballeros prepararon sus caballos, arreos, monturas, ropajes, todo estaba listo solo quedaba batirse. Al comenzar el duelo, los caballeros se pusieron uno contra otro, cada uno en su lugar. Dispusieron sus lanzas y se encaminaron al galope. Sir Brian de Bois-Guilbert cayó, dándose con la cabeza en el suelo y quedando muerto.

    Rebeca, que veía aterrorizada la escena corrió hacia él para darle el último beso.