domingo, 2 de marzo de 2014

Biografía de la Ignacia.


                          Biografía de la Ignacia.



La Ignacia nació en Urbía. Era hermana de Martín Zalacaín, eran de la misma madre, pero de diferente padre. El padre de la Ignacia dejó a su madre por otra mujer. Ambos se fueron a otro pueblo, dejando a la madre de Zalacaín sola cuidando de una recién nacida- la Ignacia- y a Martín con 5 años. Su infancia fue dura por culpa de la pobreza, pero supo superarla. Cuando tenía 5 años, era una chica muy vergonzosa pero muy hermosa por lo que siempre tenía algunos jóvenes detrás de ella, aunque eran muy jóvenes, ellos seguían intentándolo. Se metió en la escuela cuando pudo pagarla, a los 6 años. Ella era una chica muy lista, pero siempre había niños que la insultaban por pertenecer a la familia Zalacaín. A la Ignacia no le importaba nada esto, pero se mosqueaba un poco. 


En su clase, había un chico que no la dejaba en paz, porque decía que Zalacaín era un ladrón. Se llamaba Andoni. Era alto, un poco ancho, y con mucho pelo, se le caracterizaba por su gran nariz. Los compañeros le decían pinocho. La Ignacia estaba ya harta del continuo abuso de su compañero, no la dejaba en paz un momento. Le decía cosas como: a tu hermano y a ti, os pegarán por ser ladrones y pobres. Y muchas cosas más que sonaban aún peores que estas brutalidades. Un día en clase, el profesor estaba haciendo grupos de 2 personas, a la Ignacia le tocó con Andoni. Tenían que hacer una descripción de su pueblo, Urbía. Ambos se negaron, pero el profesor los unió queriendo.


 Eran las 5 de la tarde y Andoni no llegaba al punto de quedada, la Ignacia esperaba pero el no llegaba. Cuando estaba apunto de marcharse, llegó él. Ella le echó una bronca, pero decidieron hacer el trabajo. Fueron por sitios preciosos, a solas. Era ya la tarde-noche y se sentaron en unas piedras mirando al paisaje hermoso, el sol se estaba escondiendo y el agua quedaba de un color rojizo, mientras que un poco de viento hacía que los árboles dieran sombra al agua. Los pescados saltaban en el agua y al caer, lo hacía más bonito aún. El odio que había entre ellos desapareció. Todo una tarde a solas hizo que se fuera el odio y entrara el amor en ellos. Al ver este precioso paisaje, el amor de ambos era inmenso. Andoni, irónicamente fue el primer amor de la Ignacia. Esto duró poco, unos meses, ya que los padres al enterarse de esto lo pararon ya que solo tenían 6 años. Tuvo que dejar el colegio, porque no hacía nada en él y tampoco tenía dinero.


A los pocos años de esto, Andoni tuvo que irse de Urbía porque tenía miedo de Carlos Ohando, que iba detrás de la Ignacia. Pero ella solo tenía ojos para su verdadero amor, Bautista Úrbide. Se veían a menudo y cuando sucedía esto, saltaban chispas entre ellos. Martín permitió la boda entre ambos, la Ignacia y Bautista se casaron cerca, en la iglesia de Urbía. La boda fue sencilla, pero hermosa. A pocos meses de esto, Bautista se fue de aventura junto con Martín. La Ignacia no le gustó esta idea pero acabó aceptándola. 


 Ambos siempre estaban comunicados por cartas, la Ignacia le pregunta como estaba y si iba a volver pronto, pero él siempre que le contestaba volveré pronto. Ella trabajó como ayudante en la cocina de la taberna. Siempre que se pedía cerveza o cualquier bebida, ella era la que la servía. Realmente era como una especie de camarera, ella hacía el doble del trabajo. Cuando se dio cuenta de esto, dejó el trabajo y se dedicó a cultivar un pequeño huerto que tenía su tío-abuelo escondido. Su alimentos, deliciosos, se conocieron un poco en los pueblos cercanos. Ganó un algo de dinero, lo suficiente para ampliar el huerto. Consiguió juntar dinero, un campo medio normal, ni muy pequeño ni muy grande.

A ella le gustaba subir a lo alto de una torre y mirar a que llegaran tres hombres montados en caballos, deseando que su marido fuese uno de ellos.

   Pasaron algunos meses, cuando un ejército carlista pasó por Urbía. Aprovecharon para destruir todo el pueblo y sus cultivos. Los hombres que no murieron quemados en las casas, murieron fusilados o peleando por defender el pueblo. La Ignacia fue uno de los pocos que sobrevivieron.

 Estaba ella, sola, sin nada. No supo lo que hacer, así que empezó a ir de pueblo en pueblo haber si encontraba a su marido. Esto fue lo mejor que hizo, ya que en el camino se encontró con Catalina, la novia de Martín. e quedó con ella a vivir un tiempo, hasta que llegó Zalacaín y su marido. Se fueron a vivir a un pueblo lejano de la guerra. Vivieron felizmente, con su hermano como vecino, hasta que mataron a su hermano, le causó tanta depresión que dejó de comer, beber, hasta que un día dejó de respirar. Justamente el año siguiente de la muerte de su hermano.

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