domingo, 2 de marzo de 2014

Biografía de Manuel Rosamundo, del libro “La llamada de la selva”.

                           

Manuel Rosamundo nació en Sacramento, en el valle de Santa Clara, California, en 1867. Su padre, de origen mexicano, era jardinero, y su madre ama de casa.

Vivían en una casa normal, modesta, ni muy grande ni demasiado pequeña. No tenía hermanos, por lo que se crió con algunas comodidades, y con unos padres que se preocupaban por él.

A los dos años estaba Manuel en el jardín con su madre, cuando ella se fijó en que al niño le interesaban las plantas, pero no le hizo mucho caso. De vez en cuando su padre se lo llevaba a la casa en la que él trabajaba como jardinero; era la casa del Juez Miller. Así fue cómo Manuel comenzó a interesarse por la jardinería. Su padre trabajó en la casa del juez hasta que Manuel cumplió los 13 años; a esa edad su padre murió inesperadamente.

El juez, al ver lo afectado que estaba Manuel, le prometió que cuando cumpliese 17 años le haría ayudante de jardinero. Manuel se alegró mucho; mientras llegaba ese momento practicaba junto a su madre en su jardín e iba a un colegio cercano, aunque realmente no le gustaba demasiado estudiar, y tenía pocos amigos.

Cuando cumplió los 17 años Manuel fue a hablar con el juez para empezar a trabajar, pero el juez pareció no echarle cuenta, y le puso algunas excusas. Esto decepcionó mucho a Manuel, que, indignado, se fue.

Tras ésta desilusión, Manuel cayó en las garras del juego. Poco a poco perdió en las apuestas todo el dinero del que había heredado de su padre. A sus 22 años Manuel encontró una mujer a su medida, a la que también le gustaba el juego y la mala vida; con ella tuvo 5 hijos a los que no cuidaba mucho, 3 varones y dos chicas, por lo que sus problemas económicos aumentaron.

El juez se enteró de que Manuel tenía una familia, y que no tenía trabajo.  Se sintió mal por la promesa que le hizo de pequeño, y que no había cumplido, así que lo contrató de ayudante de jardinero.  

Sin embargo Manuel no aprovechó esta oportunidad, y siguió jugando y apostando, perdiendo el dinero que ganaba trabajando. A los 30 años Manuel apostó uno de los perros de compañía del juez, el mejor, un perro llamado “Buck”. Perdió la apuesta, así que tuvo que robar el perro y entregarlo como pago de su deuda.

            Tres meses más tarde hizo una apuesta peligrosa: apostó que 1.000 dólares a que podía escalar un árbol con los pies atados. Seguía acumulando deudas, así que si conseguía ganar esta ganaría el dinero suficiente para vivir bien una buena temporada. Pero de nuevo perdió la apuesta.

Manuel, como en otras ocasiones, no tenía el dinero, y se lo debía a un grupo de hombres muy peligrosos. Le dijeron que le daban 3 días para que consiguiera el dinero, y que si no huyera lo más lejos posible, ya que esta vez  no le perdonarían la vida.

Desgraciadamente pasados 8 días le encontraron; lo llevaron al bosque, le ataron las piernas y los brazos, le cubrieron con carne podrida y le hicieron una raja en la pierna. Manuel estaba muy asustado y desconcertado, y no sabía lo que le hacían  hasta que vio a los lobos. Chilló pidiendo auxilio y por el dolor de los lobos despiezándole y llevándole hacia la muerte. Pero nadie le oyó, solo acudieron  más lobos.

Manuel Rosamundo 1867-1897




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